Perú: contra la “desvergüenza parlamentaria”
El presidente de Perú, Martín Vizcarra, decidió este lunes disolver el Congreso Nacional y convocar elecciones después de que la Cámara rechazara la cuestión de confianza presentada por el primer ministro, Salvador del Solar, para lograr que el Gobierno sacara adelante su plan de celebrar elecciones anticipadas en el país. “Ante la denegación fáctica de la confianza y respeto de la constitución política del Perú he decidido disolver constitucionalmente el congreso y llamar a elecciones de parlamentarios de la República, la decisión está dentro de la Carta Magna”, anunció Vizcarra. El jefe de Estado afirmó al pueblo que los actuales parlamentarios se encuentran alejados de la realidad peruana al negar los proyectos presentados por el Ejecutivo, que buscaba con la cuestión de confianza sacar adelante reformas constitucionales como la evaluación de la inmunidad parlamentaria, el impedimento para que condenados puedan ser candidatos, la eliminación del voto preferencial, la participación de mujeres con paridad y la prohibición de dineros ilícitos en campañas electorales.
“Los congresistas negaron la Ley de Inmunidad (…) el Congreso subraya la desvergüenza parlamentaria, divorciada de la realidad de los peruanos. Buscamos generar un mecanismo más transparente y participativo de los miembros del comité constitucional para evitar las repartijas y utilización de instituciones para que unos pocos se sirvan de ellas”, recalcó el mandatario, quien según la Constitución debe convocar a elecciones parlamentarias dentro de los cuatro meses siguientes a la disolución. Asimismo, la cuestión de confianza interpuesta por el Gobierno sugería efectuar modificaciones al proceso de elección de candidatos al Tribunal Constitucional (TC) al considerar que no fue transparente, según informó el diario peruano El Comercio. Aunque la mayoría de la población peruana exigió que se impida la elección de los magistrados por parte del Congreso, estos eligieron a dos nuevos miembros del TC. Frente a la elección de magistrados, el presidente reiteró que el proyecto presentado propicia transparencia y legalidad. De acuerdo a versiones de altos cargos de Gobierno, el Congreso habría rechazado el proyecto de reforma dado que varios de sus integrantes habrían recibido dinero para sus campañas por parte de la constructora brasileña Odebrecht, que se encuentra en el centro de un escándalo de corrupción que afecta a diversos países de Latinoamérica. “Conducta inmoral” y “Golpe de Estado” Una disolución del Congreso en Perú no ocurría desde el 5 de abril de 1992, cuando el entonces presidente Alberto Fujimori (quien gobernó de 1990 a 2000) dio un “autogolpe” y asumió plenos poderes con el apoyo de las fuerzas armadas. En esta ocasión, en cambio, Vizcarra se amparó en la Constitución para dar este paso. En su primera reacción al anuncio presidencial, la legisladora fujimorista Jenny Vilcatoma propuso que el Congreso destituya a Vizcarra, algo que la oposición intentó hacer en 2017 con su antecesor. “Los actos de Martín Vizcarra evidencian conducta inmoral (…). Por eso solicitamos se dé trámite a la declaración permanente de incapacidad moral del señor presidente”, dijo la legisladora. “Estamos ante un golpe de estado, me hace acordar al 5 de abril del 92. Espero que las Fuerzas Armadas y la Policía no se presten a esta patraña”, dijo el congresista Jorge Del Castillo, del socialdemócrata partido Aprista. Del otro lado, la líder izquierdista Verónika Mendoza encabezó en Lima una marcha de más de 2.000 manifestantes en respaldo a la medida. “Estamos aquí celebrando esta victoria que nos ha costado, es el primer paso del pueblo peruano”, aseguró Mendoza, cuyo partido bregó en el parlamento a favor de la disolución. Marchas en respaldo a la medida se sucedieron la noche de este lunes en las principales ciudades del país, como Huancayo, Cusco, Arequipa, Puno, Trujillo y Tacna, entre otras.