Más de 200 venezolanos varados en Ezeiza
Entre los damnificados hay chicos, ancianos y embarazadas. Aseguran haber pagado hasta 1500 dólares por el pasaje, montaron un campamento en el aeropuerto y piden que Alberto Fernández intervenga. Conviasa, la aerolínea estatal, canceló el vuelo dos veces.
Son cerca de 200 en ese campamento improvisado de apuro ante la falta de respuestas. Son venezolanos que, en su mayoría, vivieron hasta hoy en la Argentina y quieren regresar definitivamente a su país, pero no pueden: Conviasa, la aerolínea estatal, les canceló el vuelo en dos ocasiones. Desde el lunes, muchos duermen en el suelo, comen lo que pueden y se higienizan como pueden. Y de no mediar un antídoto para la indolencia, el contingente de varados pasará Año Nuevo en el Aeropuerto de Ezeiza o -en el mejor de los casos- subido arriba de un avión.
En principio, el vuelo fue nuevamente reprogramado para las 22 de este viernes, justo a la hora de la cena de fin de año. Los pasajeros llegaron a las 22 del lunes para realizar el check-in. “Debimos haber viajado el 28. Primero la aerolínea nos adelantó el vuelo para las 2.55 de la mañana de ese día. Cuando llegamos, nos informaron que se había cancelado”, contó Franklin, uno de los afectados.
Hay 200 venezolanos que buscan regresar a su país, pero están varados en Ezeiza: “No tengo cómo pagar un hotel y ya llevo tres noches en el aeropuerto”
El itinerario fue pospuesto para las 6 de la mañana del jueves, pero unas horas antes se volvió a aplazar. La terminal A de Ezeiza se transformó, entonces, en un polvorín. Más allá de los planes truncos de un brindis de Año Nuevo con sonrisas y reencuentros, entre los damnificados hay chicos, ancianos y embarazadas. Y buena parte del contingente no tiene dónde parar: son repetidos los casos de quienes ya abandonaron la vivienda que alquilaban en el país para afincarse nuevamente en Venezuela.
“Viví cuatro años en la Argentina y no me fue como esperaba. Por eso no tengo pasaje de regreso: me voy a hacer vida nuevamente en mi tierra, pero ante esta situación no tengo cómo pagar un hotel. Intentamos gestionar que nos ubicaran en algún sitio, pero no nos dieron respuesta. Entonces amanecimos aquí otra vez. Ya iremos para cuatro noches. Gracias Conviasa por arruinarnos el festejo y el reencuentro con nuestros familiares”, remarca Franklin.
Y profundiza: “No debe ocurrir que las personas queden tiradas como si fueran animales. El deber de la empresa es responder a los usuarios. Decirnos ‘bueno, no podremos viajar hoy, los trasladaremos a un hotel’, como hace cualquier empresa en el mundo. Aquí hay niños, ancianos y hasta perros”.