Los mercados europeos abrieron en rojo
Los principales índices muestran un retroceso en línea con la incertidumbre del parqué de Nueva York, afectado por una breve inversión en la curva de los bonos del Tesoro estadounidense y la ralentización económica en China y Alemania.
Los mercados asiáticos cerraron con varias pérdidas este jueves y las bolsas europeas abrieron con tendencia negativa, después de que Wall Street sufriera una de sus peores caídas del año y entre temores de que se produzca una recesión en Estados Unidos.
La bolsa de Tokio cerró con una fuerte baja de 1,21%, mientras que en Sídney el mercado cayó 2% y la bolsa de Singapur se contrajo otro 1,2 por ciento. Hong Kong, que había iniciado la jornada con fuertes caídas, terminó con un alza de 0,8 por ciento, y la bolsa de Shanghái registró un aumento similar.
En el Viejo Continente, el panorama no lucía mucho mejor al inicio de las negociaciones. Tras una hora de intercambios, el índice FTSE-100 de la bolsa de Londres perdía un 1,05%, el DAX de Frankfurt retrocedía 0,9% y el CAC-40 de París caía 0,7 por ciento. En Madrid, el Ibex-35 comenzó la jornada con una caída de 0,9 por ciento.
En la víspera, Wall Street cerró con fuertes pérdidas y el Dow Jones cayó un 3,05 % por el descenso en la rentabilidad de la deuda pública de EEUU, que generó una breve inversión en la curva de los bonos del Tesoro a 10 y 2 años (hecho que no ocurría desde 2007, en los meses previos a la Gran Recesión), lo que algunos analistas ven como un indicio de crisis económica.
El sector financiero fue uno de los más perjudicados de la jornada (-3,57%), arrastrado por grandes grupos bancarios como Citigroup (-5,28%), Bank of America (-4,69%), JPMorgan (-4,17%), o Goldman Sachs (-4,20%). También destacó el sector energético (-4,12%), vinculado al precio del petróleo de Texas.
El parqué neoyorquino tuvo una gran volatilidad y agudizó su desplome en la última media hora, presa del temor a una recesión provocado por los últimos movimientos del mercado de bonos en EEUU y por signos de ralentización de las economías de Alemania y China.
El gigante asiático divulgó que su producción industrial se expandió un 4,8% interanual en julio, el crecimiento más lento de este indicador desde febrero de 2002, lo que evidencia la debilidad de su demanda doméstica en plena disputa comercial con EEUU.