Legionela, la bacteria mortal
La legionela es una peligrosa bacteria que se puede esconder en los equipos de refrigeración de grandes edificios.
En el mes de noviembre del año pasado se notificó en España un brote de legionelosis nosocomial en un hospital de la provincia de Zaragoza, con dos casos confirmados a través de un test de antígenos en orina que detectaron la peligrosa bacteria legionela. Posteriormente, Sanidad ambiental recogió muestras y ordenó la limpieza y desinfección de los circuitos de agua de dicho hospital.
A finales de julio de 1976 hubo un brote epidémico entre los asistentes a una convención de la Legión Americana de Pensilvania, celebrada en el Bellevue Stratford Hotel de Filadelfia, en Estados Unidos. Hubo 221 casos y 34 muertes; no hubo explicación alguna hasta días más tarde, cuando se pudo aislar la bacteria Legionela del tejido pulmonar de un paciente.
A menudo se supone que los problemas con el agua contaminada se limitan a los países en desarrollo. De hecho, la legionela representa una amenaza potencial dondequiera que haya agua natural o sistemas de agua artificial. Esto puede incluir ríos y lagos y estructuras hechas por el hombre como piscinas, jacuzzis, máquinas de hielo y enfriadores de agua. El riesgo aumenta cuando hay un gran número de personas presentes, por ejemplo, en hospitales y hoteles.
La enfermedad del legionario es un tipo de neumonía provocada por la bacteria legionella. Esta no se contagia de persona a persona, sino que la bacteria se propaga por el vapor de agua, por ejemplo, mediante las unidades de aire acondicionado de grandes edificios.
Los grupos de mayor riesgo son los adultos con más de cincuenta años, las personas con enfermedades del sistema inmunológico o con enfermedades pulmonares crónicas, y los fumadores. Muchas personas expuestas a la bacteria no presentan síntomas. Aquellas personas que sí presentan síntomas pueden experimentar tos, fiebre, escalofríos, dificultad para respirar, dolores musculares, dolor de cabeza y diarrea