Es de Las Breñas y conduce un grupo del CONICET
El equipo de Cybulski descubrió recientemente el mecanismo de funcionamiento de proteínas sensoras que se encuentran en la membrana externa celular y permite a la célula comunicarse con su entorno.
La información se difundió desde el Centro Científico Tecnológico Rosario e indica que la investigación estuvo a cargo del grupo del laboratorio de Bioingeniería Reversa de Protein-quinasas de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas (UNR), que es dirigido por Larisa Cybulski, quien se desempeña como investigadora independiente del CONICET, y fue publicada en la revista científica Journal of Molecular Biology.
“El estudio se focalizó en la región de la membrana de proteínas sensoras que anteriormente se pensaba que era inerte y nosotros encontramos que su función es crucial”, explicó Cybulski, que es doctora en ciencias biológicas.
La biología sintética se encarga de construir nanomáquinas o biomáquinas, que pueden hacer un trabajo específico siguiendo las órdenes o el control del ingeniero molecular.
“Dentro de la biología sintética existen diversas ramas, nosotros trabajamos con la que se dedica a la construcción de biomáquinas que surgen a partir del diseño y del conocimiento de la naturaleza”, indica Cybulski, quien nació en Las Breñas.
El grupo de investigación, en un primer momento, identificó los módulos termosensores que funcionan en una proteína detectando cambios de temperaturas. “Nuestro trabajo de investigación se basó en introducir esos módulos que se denominan biobricks -nombre que hace referencia a módulos o ladrillos biológicos- en una proteína inerte, que antes no funcionaba y logramos que recupere la actividad (gráfico)”, señala la investigadora.
Agrega que “uno de los correlatos de este hallazgo puede estar relacionado a la Termogenética, que trata de utilizar la temperatura como disparador de ciertos procesos biológicos, es decir, al cambiar la temperatura se dispara una reacción. Este mecanismo puede ser aplicado en neurobiología, por ejemplo en la experimentación de laboratorio en el estudio de circuitos neuronales se podría modificar la temperatura de una región del cerebro y así alterar la expresión de genes de interés en ese conjunto de neuronas. Y para eso podrían llegar a utilizarse esas proteínas de diseño, los biobricks, que van a responder a los cambios de temperatura”, indica Cybulski.